jueves, 6 de enero de 2011

LA FE, DE UNA ORACION QUE SABE MOVER MONTAÑAS…

Elevo esta oración

Amada, Melchorita
tu sabes como es mi gran fervor hacia ti
que los milagros existen
porque de muchos he sido testigo
te agradezco por haber existido
y habernos dejado en cada corazón
el aroma celestial del cual emanaste
recordando las dos palomas blancas
que custodiaban tu tumba.

Amada, Melchorita ayúdame a levantarme como ave fénixy que pueda llevar
siempre el amor y el cariño a los que me necesitan
gracias por lo que te pedí y se cumplió
lo mismo te agradezco por todos aquellos que pusieron fe en ti
y fueron asistidos.

Amada Melchorita
soy devota tuya

terciaria franciscana
en mi hay mucho amor con mi prójimo
y perdono siempre perdonare.

Mi Señor Jesús, hoy es un día especial para mi
y para muchos creyentes
y todo aquel que lleva a Melchorita solo con fe su amor

Comentario.
Esta Oración, fue dada por una persona que tiene una Fe, impresionante y que tengo el placer de conocerla…

Describir a esta persona no es difícil, solo basta mirarla, unos minutos y nos podemos dar cuenta que se trata de una persona adorable y con Fe.

Su Nombre Shirley Mejías y/o Sencillamente Isis, como cariñosamente la llamamos sus amigos.
Felicidades, por la oración.

¨EL COJUDITO¨


LA FÁBULA DEL COJUDITO cuenta que en una ciudad del interior,
un grupo de personas se divertían con el cojudito del pueblo,
un pobre infeliz, de apariencia poco inteligente que vivía haciendo
pequeños mandados y limosnas.

Diariamente algunos hombres llamaban al cojudito al bar donde se reunían
y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 40 reales
y otra de menor tamaño pero de 200 reales. Él siempre cogía
la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.

Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre,
le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda
de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:
Lo sé, no soy tan
cojudo...Ella vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el
jueguito acaba y no voy a ganar más mi moneda.

Esta historia podría concluir aquí, como un simple cuento, pero se pueden
sacar varias conclusiones:

La primera: Quien parece cojudo., no siempre lo es.
La segunda: ¿Quiénes eran los verdaderos cojudos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.

Pero la conclusión más interesante es:Podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos.

Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno
piensa de sí mismo.
El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser
cojudo delante de un cojudo que aparenta ser inteligente.


*MEET